La Imagen de María Santísima de la Amargura es obra de José Callejón Gutiérrez y de Rafael Díaz Peno. Dicha imagen es una imagen exenta, de bulto redondo; de candelero y de talla incompleta, al estar únicamente talladas manos y cabeza; imagen que lo es de vestir.

Siempre eclipsada por la Imagen del Rescatado, María Santísima de la Amargura llega a la cofradía cuando esta apenas tenía un año de vida, el 18 de noviembre de 1942, de la mano de sus hermanos fundadores.

La imagen de María Santísima ha sido objeto de sustanciales modificaciones a lo largo de los años en rostro y estructura, siendo acometidas por Castillo Ariza, Martínez Cerrillo y Antonio Bernal y Romero Zafra. En un principio, su mirada se dirigía hacia arriba, siendo ésta orientada hacia el fiel. Pese a ello, los rasgos que la caracterizan sí han permanecido.

La Virgen de la Amargura es una dolorosa cuyo rostro maduro denota la contención de un suspiro, con mirada gacha y llorosa, y boca entreabierta. Sus rosadas mejillas son bañadas por cuatro lágrimas que acentúan su expresión de llanto; pese a lo amargo de su situación, es una imagen llena de dulzura que invita a la oración y a la compasión de quienes la observan, siempre a la sombra de su hijo, el Nazareno Rescatado.

El origen de su advocación no se encuentra en los Evangelios, sino en el Antiguo Testamento, en el Libro de Rut Y ella les dijo: No me llaméis Noemíllamadme Mara, porque el trato del Todopoderoso me ha llenado de amargura”. (Rut 1,20).

Así mismo, el momento exacto de la vida de la Virgen que viene a representar esta imagen no está claro, bien podría ser el encuentro con Jesús en la calle de la Amargura, o el momento de la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén, donde el anciano Simeón le dijo “(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones” (Lc 2, 35)

María Santísima de la Amargura es titular de la Cofradía, por ello, tiene cultos en su honor, celebrándose en el mes de septiembre, así como el Quinario de Cuaresma que se le hace tanto a Jesús Rescatado como a María Santísima de la Amargura.

Posee un ajuar variado, en el que predominan las sayas y mantos de color blanco, rojo y azul, tanto bordadas en oro fino como en técnicas de aplicación; aunque también se incluye un terno en color morado, Coronas en plata, o en plata sobredorada, Diadema o halo de estrellas.

Posee una buena cantidad de joyas, rosarios de mano y pañuelos.

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