Iglesia de nuestra señora de Gracia y San Eulogio

Uno de los lugares emblemáticos de la Córdoba del s. XVIII y una de las entradas tomadas con preferencia para el tráfico de población hacia la ciudad, por medio de la ya desaparecida Puerta de Plasencia, se sitúa en la Plaza del Corazón de María actualmente conocida como Plaza del Santísimo Cristo de Gracia; enclavada con elevación, se halla la Sede Canónica de nuestra Hermandad y lugar de culto de nuestros Sagrados Titulares.

Iglesia de nuestra señora de Gracia y San Eulogio

Iglesia de nuestra señora de Gracia y San Eulogio

Fue la orden trinitaria a través de de S. Juan Bautista de la Concepción, quien inició el emplazamiento de la misma en un convento junto a la pequeña ermita dedicada a Ntra. Sra. De Gracia, incorporada posteriormente, y cuyos orígenes se desconocen en la actualidad (finales s. XVI, principios s.XVII). La construcción de dicho convento se inició durante el s. XVII, siendo consagrado en el año 1686.

El convento vivió periodos de convulsión durante el siglo XIX, como son, la guerra de la Independencia, con una radical conversión del mismo en instalaciones militares para el bando francés, así como en el reinado de Fernando VII, con la desamortización de 1836. Posteriormente, tuvo un uso penitenciario y en hospital de auxilio para la acogida de combatientes en las batalla de Alcolea.

Continuaron los tiempos de incertidumbre y la Orden recuperó su fin y culto, perdiendo de nuevo su sitio durante los años 1876 y 1903, en favor de la Orden Claretiana y retomando su uso por aquellos a partir de dicho año.

Desde entonces, la Orden Trinitaria ha dado la bienvenida a los viandantes de la zona, que bien atravesaban la ya comentada Puerta de Plasencia, como vía de acceso, alternativa a la también ya desaparecida Puerta Nueva.

Ya centrados en el edificio, la Parroquia se eleva sobre la Plaza del Cristo de Gracia, presentando una fachada de disposición singular y de cuerpos bien diferenciados. Obra de Sebastián Vidal, se compone en su cuerpo inferior de tres entradas coronadas por frontones curvos. En un segundo cuerpo, encontramos tres hornacinas como complemento de las anteriores, situándose en las laterales San Juan de Mata y Félix de Valois, mientras en el centro encontramos el Ángel Redentor ofreciendo el intercambio de cautivos a la Santísima Trinidad.

Pasamos al cuerpo superior, apreciando en este caso, tres esculturas en alusión a las virtudes teologales la Fe, la Esperanza y la Caridad. Rematando en los vértices del frontón Nuestra Señora de Gracia, San Rafael y San Miguel.

Los muros que siguen a esta, rematados sendos con frontones triangulares de la misma tipología que el anterior, albergan ambos dos ventanas , siendo los dos de la derecha ciegos, con dos azulejos, siendo el de más interés el que representa a Ntro. Padre Jesús Nazareno Rescatado y de procedencia sevillana (Mensaque).

Una vez en el interior del templo, podremos observar la formación del mismo, dispuesto en una nave, crucero y cabecera rectangular, situándose al comienzo y superior, el coro. El crucero se cubre por una cúpula con ornamentación, configurándose con un gran medallón de hojarasca y orlas con varias representaciones, entre ellas, Isaac, David, Ezequiel, Abraham, etc. El cuerpo principal de esta, la bóveda, presenta pinturas enmarcadas de la vida de San Juan Bautista de la Concepción.

retablo mayor hermandad del Rescatado

Retablo mayor, obra de Jerónimo Sánchez de Rueda y Jerónimo Caballero.

Siguiendo la vista al frente, hacia el altar, apreciamos el retablo mayor, obra de Jerónimo Sánchez de Rueda y Jerónimo Caballero, de principios del siglo XIII. Cuerpo de tres calles bien marcadas por columnas salomónicas, siendo el espacio central, más ancho al de los laterales.

Encontramos imaginería variada en lo que a estilo y época se refiere; San Juan de Mata y San Félix de Valois como primeros ocupantes de las hornacinas laterales, de estilo barroco y añadidas hacia la primera mitad del s. XX. Culminan las hornacinas superiores, San Álvaro y Santa Catalina de época similar a la hechura del retablo.

En la calle Central, encontramos un Cristo por delante del manifestador, según fuentes consultadas, pertenecería al XVII. Por encima de éste, la representación de la Santísima Trinidad, de Antonio Castillo Ariza de 1963. Por último, coronando, encontramos la primitiva imagen de la Virgen de Gracia de finales del s. XVI y, por encima, un Crucificado de tamaño académico del s. XVIII.

El crucero es rematado por tres imágenes de grandes proporciones de Lucas, Juan y Marcos, siendo Mateo resguardado a la espera de una intensa restauración, labradas por Alonso Gómez de Sandoval en el XVIII. En el brazo izquierdo del crucero, podemos contemplar cobijada en un retablo neoclásico del XIX, la Inmaculada, una curiosa talla de Pedro Roldán de mediados del s. XVII. Por último, cerrando la descripción del lado izquierdo de la nave, hallamos tres capillas diferenciadas con tallas de San Rafael, San José y el Niño y de la Beata Ana María Taigi.

En el lado derecho del crucero, encontramos abierta la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado, junto a la imagen mariana de María Stma. de la Amargura, titulares ambos de nuestra corporación. Construida en el primer tercio del s. XVIII tiene una planta octogonal, cúpula de linterna con decoración y representación de la orden. El retablo, del primer cuarto del XVIII también, con salomónicas, elaborado y rematado por el escudo de la orden Trinitaria. Especial referencia a la lauda sepulcral del ya nombrado escultor Alonso Gómez de Sandoval.

A continuación de ésta, la capilla del Stmo. Cristo de Gracia, en la cual predomina con llamativa presencia, el grupo escultórico en forma de Calvario, de los titulares de la Hermandad del Stmo. Cristo de Gracia y María Stma de los Dolores y Misericordia.  Presenta este espacio una planta cuadrangular, cubierta por una cúpula decorada por yeserías con pinturas en alusión una vez más, a la Orden Trinitaria. El retablo, presenta una composición similar a los anteriormente descritos, ganando vistosidad el camarín. A sendos lados, salomónicas con reposteros con anagramas que representan a San Acisclo y Santa Victoria. Remata el mismo, un interesante lienzo sobre la Piedad, obra de mediados del XVIII.

El camarín, en elevación y acceso a través de escalinata, presenta un grupo escultórico de gran relevancia artística. El Stmo. Cristo, realizado en pasta de caña y procedente de tierras mexicanas en 1618. El resto del conjunto, María Santísima, San Juan y Santa María Magdalena, son obras de ejecución posterior, en torno a 1900, anónimas y de escuela valenciana. Bajo el altar, se sitúa la figura yacente relicario de San Juan Bautista de la Concepción.

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